La arepa (Parte VII).


                        La arepa
                                  (Parte VII).

Recopilación de su información como elemento histórico tradicional de Venezuela y Latinoamérica.

Elaborada con harina de maíz pilado y pulverizada, agua y sal.

El segundo sábado de septiembre, cada año, es la fiesta mundial de la arepa. Ocurre así desde el año 2013; tan sólo hace tres años, pero se está probando el reconocimiento a nivel mundial de nuestra gastronomía venezolana.

Apasiona leer sobre nuestra historia porque conoces nuestro origen y alimentas el sentimiento de pertenencia a esta tierra y a esta cultura.

Archivos de nuestra historia (finales del siglo XVIII, 1.785), prueban que existían varias especies de maíz en nuestro territorio. Los colonos españoles establecidos en la ciudad de Caracas, sembraron en abundancia maíz amarillo y blanco, pertenecientes a la especie llamada yucatán. Saber eso me lleva a imaginar cómo éste milenario alimento aborigen fue ingrediente fundamental en la formación de nuestro patrón alimenticio. Los españoles, trataron al maíz como alimento salvaje, no civilizado y de segunda categoría. Pero para poder subsistir en esta tierra, ellos tuvieron que asumirlo como parte de su dieta abriendo paso a la mezcla de ingredientes indígenas y españoles, que constituyó la primera fusión forjadora de nuestra sazón y sabor venezolano. Imagino al maíz indígena resistiendo a el poder de la transculturización (impuesta como parte del proceso de dominación) y venciendo al colonizador; más aun, triunfando en territorio extranjero; pues, registros históricos confirman que para finales del siglo XVIII, los españoles sembraban maíz amarillo y blanco en su tierra de origen.

Pero vamos a la fuente, esta vez presentada por la Colección en Venezuela de la Fundación Bigott.

Fragmentos:

LA AREPA
(Por Ocarina Castillo de Imperio)

Dale que dale al pilón.
Dale que dale al pilón,
pa’ que el mai’ suelte la concha,
el pico y el corazón.

(Tonada popular de Guatire, en Vélez Boza, 1984, 117)

A principios del último cuarto del siglo XVIII, Antonio Caulín , misionero de la región nororiental de Venezuela, aportaba los siguientes datos respecto al maíz:
 
«De las especies de maíz, el que más rinde y más comúnmente siembran los españoles, es el que se da en la Europa y en esta provincia llaman yucatán amarillo, para distinguirlo de otro de su misma especie llamado yucatán blanco, de que se usan comúnmente en la ciudad de Caracas. Este crece más en su mazorca; pero el otro es más común porque se conserva más tiempo entrojado y curado con humo algunos meses; lo común es coger en buena tierra diez fanegas por celemín o almud de sementera. Las otras dos especies de maíz son también de diferentes colores; el uno es del todo blanco, el otro matizado de blanco, rosado y amarillo y a estos llaman los españoles Cariaco y granadilla y los indios, erepa. Estas dos especies son las más comunes entre lo indios, por ser muy tierno y fácil de moler; y también lo conservan con humo hasta un año, y más tiempo, encerrado en sus trojes que llaman barbacoas. Las dos primeras especies se cogen regularmente a los cinco meses de sembradas; y las dos segundas se comen a los tres meses y medio, se cogen a los cuatro después de secos. Fuera de estas cuatro especies hay otro más menudo, a quien los indios llaman amapo y los españoles amapito. Este da a los cuarenta días y de él sólo reservan la semilla». [1]



[1] CASTILLO D' IMPERIO OCARINA Los panes en Venezuela, Colección en Venezuela, Fundación Bigott, Caracas, 2014, Pp. 35-36

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