La Batata


La Batata
(Ipomea batatas)



  Es un tubérculo nativo de América tropical. Los conquistadores lo llevaron a España desde Santo Domingo, en el siglo XVI. Al conquistador Fernández de Oviedo le gusto mucho la batata y dijo que era “uno de los preciosos manjares que ellos tienen.” También dijo que su “sabor no es inferior al de los gentiles mazapanes y que se puede presentar a su Cesárea Majestad por muy prestigiado manjar”. Hubo otros cronistas de América que rendidos ante esta raíz tan sabrosa, compararon su sabor con el de las castañas españolas.
Veamos a continuación la transcripción de un texto del recetario de la señora Juana Barría, de Argentina, llamado: EL OTRO ORO DE AMÉRICA  LOS ALIMENTOS Y LA COCINA DEL NUEVO MUNDO, Editorial ALBATROS, República de Argentina, 1992.


“En virtud de la distribución geográfica de las batatas, hay quienes avanzan la hipótesis de contactos entre América de Sur y la Polinesia antes del descubrimiento: o los polinesios las llevaron de Sudamérica a sus islas o serían los indios de Sudamérica quienes la habrían llevado en sus viajes a la Polinesia. Lo que si sabemos con seguridad es que los polinesios la llevaron a Hawai.

  La batata es una planta rastrera que florece raramente y, por lo tanto, produce semilla aún más raramente. Ya Fernández de Oviedo observa “que se siembran de la misma rama”.     Existen muchas variedades. Varía la forma del tubérculo y también el color de la pulpa, que puede ser amarilla, asalmonada o rosada. Pese a su parecido con la papa, no tienen el menor parentesco y, a diferencia de esta última, la batata fue aceptada sin recelos en los diferentes países y continentes adonde llegó. Durante un tiempo fue llamado “patata dulce española”.

  
  Al parecer los navegantes portugueses la llevaron desde América al sur de la India a principios del siglo XVI y de allí pasó a Indonesia. A mediados de ese mismo siglo, Francis Drake la llevó a Inglaterra. En Francia se hicieron famosas cuando, en el siglo XVIII, la emperatriz Josefina, esposa de Napoleón, probablemente por nostalgia de su tierra, la isla de Martinica, comenzó a cultivarlas en su huerto.
  También fue introducida con todo éxito en Asia y en África. Durante mucho tiempo, y todavía en la actualidad, acompañó al maíz en la dieta básica de muchos pueblos.

  La batata. Además de su agradable sabor, contiene hidratos de carbono, bastante vitamina A y también vitamina C. Es rica en almidón, azúcar, calcio, hierro y tiene bastantes calorías. Es de muy fácil digestión.
Prácticamente en todo el continente americano se consume a diario, en toda clase de cocidos, pucheros, cazuelas o, simplemente hervidas o asadas para acompañar carnes y aves. También se utiliza mucho en repostería, sobre todo en América Central,  El Caribe y Las Antillas.

 Una de las maneras más simples y mejores de comerlas es asadas,  envueltas en papel de aluminio y servidas con miel o manteca.
  El único problema de las batatas es que se ennegrecen muy rápidamente en contacto con el aire. Por este motivo, apenas peladas hay que sumergirlas completamente en agua fría hasta el momento de cocinarlas”.

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